jueves, 16 de octubre de 2008

LUIS DE GÓNGORA.



Me gusta Góngora, es un poeta para leer enamorado; tienen sus versos los requiebros del amante que busca , persigue y conquista, tras largas pericias, a la amada. En sus poemas se reflejan los ojos verdes que no aburren y el silencio sonoro de una mirada llena de anhelo y deseos. Esa mirada que nunca muere.

Don Luis era racionero de la catedral de Córdoba; poeta de talento con un lenguaje poético distinto, un lenguaje llamado culterano, que se caracteriza por toques de obscuridad con el uso del latín y el griego, muchas metáforas e hipérboles, unido al dominio de la mitologia y del hipérbaton. Hay estelas de la poesía arábigo-andaluza en algunos de sus sonetos y guiños al que lo descubre.


"La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas destilado
y a no envidiar aquel licor sagrado
que a Júpiter ministra el garzón de Ida,

amantes no toquéis si queréis vida;
porque entre un labio y otro colorado
Amor está , de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida.

No os engañen las rosas, que a la Aurora
diréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;

manzanas son de Tántalo, y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del amor queda el veneno"

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)


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