martes, 7 de julio de 2009

ABRIGO BAJO ROCAS.


Acabé " La balada del café triste" un verano rondeño en el que por las tardes me escapaba a lugares cercanos; uno de esos sitios era el pueblo de mi abuela materna, Setenil de las bodegas, pueblo con reminiscencias hondas y largas en mi vida, tanto pasadas como muy presentes.

Carson McCullers es una de mis grandes confidentes y me gusta compartirla.

" Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos provienen de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible; tiene que recrearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente (...) Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante y con razón : pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor "

Carson McCullers (1917-1967)

1 comentario:

Anónimo dijo...

TODO PERFECTO, MÚSICA, IMÁGENES Y TEXTO EN PERFECTA SINTONIA. PRECIOSO.