miércoles, 8 de julio de 2009

ENMIENDAS INNECESARIAS.


Político, buen escritor y amante de Madame de Staël. Me hubiera encantado conocer a Benjamin Constant. Hace muchos años regalé, a una amiga con mal de amores, su libro " Adolphe";
sospecho que , a partir de entonces, esta amiga supo jugar al juego amoroso, sin enmiendas innecesarias.

" Mi padre un tímido... Sus cartas eran afectuosas y estaban llenas de consejos razonables y sensibles; pero cuando estábamos frente a frente, parecía sentirse violento sin que yo pudiera comprenderlo, y la situación me resultaba penosa. Entonces, no sabía lo que era la timidez, ese sufrimiento interior que nos persigue incluso a la edad más avanzada, que hace que se replieguen en nuestro corazón las impresiones más profundas, que nos hiela las palabras, que desnaturaliza en nuestra boca todo lo que intentamos decir y solo nos permite expresarnos por medio de vaguedades o de una ironía más o menos amarga, como si quisiéramos hacer pagar a nuestros propios sentimientos el dolor que experimentamos por no poder darlos a conocer. Yo no sabía que mi padre era tímido incluso con su hijo, ni que a menudo, después de haber esperado largamente unas pruebas de afecto que su frialdad externa parecía impedirme, se alejaba de mí con lágrimas en los ojos y se quejaba a otros de que yo no lo quería "

Henri Benjamin Constant de Rebecque ( 1767-1830)

No hay comentarios: