viernes, 21 de agosto de 2009

UN ROSBIF.


A mi padre le encantaba cocinar, siempre a la antigua usanza, sin olla express y con tiempo sosegado. Tengo un viejo libro que me regaló y que lleva por título "El ideal de los cocineros, o sea, el arte de guisar y comer bien ", y un subtítulo explicativo que nos dice que es " compendio utilísimo y práctico de los buenos conocimientos indispensables para una buena cocinera o cocinero, pinche, marmitón, jefe y mozo de comedor, y muy especialmente para las madres de familia". Su autor es T. Waps y está editado en los años treinta del pasado siglo. Supongo que su autor es anglosajón, así que vayamos a una de sus recetas, receta que copio literalmente.

ROSBIF :

Se toma un buen pedazo de solomillo de vaca y se pone en remojo en aceite de oliva, sazonado con sal, se le da vuelta al rosbif a menudo para que se moje y empape por igual, teniéndole en este aderezo cuatro o cinco horas.

Se asa a fuego vivo, y cuando esté tostado y tenga buen color en la superficie aunque esté rojizo por dentro y medio crudo se sirve, echando en una salsera el jugo de la carne después de desangrarla. Algunos sazonan este jugo con un picadillo de chalotes, sal, pimienta, y un hilito de vinagre.

En derredor de la carne pueden ponerse algunas patatas cocidas al vapor, montadas y partidas en forma de calabacín.

El rosbif frío es un manjar excelente.

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