sábado, 26 de septiembre de 2009

ALGO HAY DE ESO...


Córdoba nunca ha sido muy agradecida con sus hijos, supongo que es normal dado el carácter templado y nada eufórico del cordobés. Agustín de Foxá era un madrileño amigo de sus amigos, nunca traicionó la amistad y cuando admiraba lo hacía a lo grande y de verdad. Leo el obituario que escribió al enterarse de la muerte de "Manolete"; fechado en Argentina, el 30 de agosto de 1947.

" ...Hace algunos años, un grupo de escritores le ofrecimos a "Manolete" una cena en los salones isabelinos de "Llardy". Le íbamos a explicar, literariamente, lo que era su toreo. Que muchas veces la literatura sólo sirve para razonar sobre el misterio incomprensible de los hechos. Y ante la catarata de "Persiles" mitológicos, centauros, "Cretas" y minotauros, "Manolete" resumió, con sabiduría antigua y no aprendida :
- Algo hay de eso.
Algunos nos criticaron por entonces. Pero ninguno de ellos ha izado como él, en los tejadillos de Méjico, Puebla y Jalisco, Bogotá o Lima, entre sus cactus o las pitas del trópico, la bandera de España (...) No quiero llorar, burguesamente, su partida, aunque como amigo siento dolorido el corazón. La Belleza es una joven diosa que no admite ancianos en su lecho. Como el "Espartero", como Granero, como "Joselito", ha muerto en plena juventud. Sin las vulgares tardes del café en el colmado o en su casa, vacía, de la retirada. Sin el monótono parral sosteniendo al crepúsculo, de su cortijo sin aplausos.
Ya ha quedado fijado en la leyenda y en las coplas de ciego ( que son los últimos trovadores de España), perennemente joven y para siempre vestido de luces.
"Manolete" : amigo mío, desde estas orillas, sin corridas, del Plata, vaya mi adiós definitivo a tu eterno silencio, no mucho mayor que tu sobria mudez, de cuando andabas sobre el mundo"

Agustín de Foxá (1903-1959)

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