lunes, 29 de marzo de 2010

LA PRIMERA GRAN CENA...


Leo historias de hoteles, hoteles con recuerdos que impregnan sus salones y dejan un aire tibio, con motas, en sus habitaciones. Hubo un mes de mayo de los ochenta, en que iba al hotel Ritz de Madrid, su terraza de verano tenía encantamientos. Nunca he estado en el Ritz de París, pero...

" la primera gran cena del Ritz ofrecida por Marcel Prouts tuvo lugar el 1 de julio de 1907, en un salón privado y después en la sala de música rojo y oro. Blake, uno de los invitados, impresionado por la concurrencia, escribirá : " Entonces, todos los personajes del libro entraron en la estancia...". Era la primera vez que Proust entraba en el Ritz y no volvió hasta 1917, cuando Paul Morand le presentó a su futura esposa, la princesa rumana Elena Soutzo, que lo fascinó inmediatamente. Invitado a la suite que ésta ocupaba en el hotel, Proust, envuelto en su abrigo de pieles, " con la tez de una hortaliza de sótano", se lanzó a un largo monólogo sobre Flaubert mientras la lluvia batía en los cristales. A partir de entonces, inaguraba una existencia nueva, cenando en el Ritz varias veces por semana y yendo misteriosamente, sin ser anunciado, a la suite de su nueva amiga en cuanto se apagaban a las 9.30 las luces, como prescribían los reglamentos de guerra. El Ritz llegó a ser su segundo domicilio (...) Un día, al llegar, le dijo al maestresala : " No he comido nada desde hace dos días, Olivier, no he parado de escribir, prepáreme cuanto antes un café muy cargado, un café que valga por dos", añadiendo : " Y, sobre todo, en la nota, no tema cobrarme dos". Al marcharse, distribuía siempre en propinas todo el dinero que llevaba encima... "

Nathalie de Saint Phalle.


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