viernes, 30 de abril de 2010

CON UN OLOR AGRIDULCE...


Tarde de cuentos. He buscado a John Cheever para que me regale la geometría del amor.

" Ella no apartó las manos de los libros, sobre los cuales estaban estrelazadas, y se volvió y lo miró. En los ojos de Francis había lágrimas de deseo. Decidido- no con tristeza- abrió la puerta de su lado y rodeó el coche para abrir la puerta de la joven. Tomó la manos libre de Anne, deslizando sus dedos entre los dedos de la muchacha, subió con ella los dos peldaños de hormigón, y recorrió un estrello sendero que atravesaba un jardín donde aún florecían las dalias, las caléndulas y las rosas- las rosas que habían soportado las heladas no muy
intensas-, e impregnaban con un olor agridulce el aire nocturno. Al llegar a la escalinata de entrada, ella se soltó la mano, se volvió y le dio un rápido beso. Después, cruzó el porche y cerró la puerta. Se apagó primero la luz del porche, después la luz del vestíbulo. Un segundo después se encendió una luz arriba, al costado de la casa, e iluminó un árbol todavía cubierto de hojas. Ella necesitó pocos minutos para desvestirse y acostarse y después la casa quedó sumida en sombras "

John Cheever (1912-1982)


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