martes, 1 de junio de 2010

ENFRENAR Y REPRIMIR...


Siempre fue el teatro reducto de libertad. Ser cómico es garantía de muchas vidas en una. En el año 1587, el agustino Fray Alfonso de Mendoza, catedrático de Vísperas en Salamanca, indignado, escribe al preceptor y ayo del principe Felipe, don García de Loaisa.

" ¿ Cuántos estupros y cuántas torpezas es necesario seguirse de tan continuado y familiar comercio y común vivienda de estos comediantes, en que hombres y mujeres perdidísimos y sin rastro de vergüenza cohabitan, comunican y comen a una mesa? ¡ Cómo se puede creer que vivirán en castidad, con santidad y bondad en medio de las torpezas? Pues los que van a ver sus representaciones, aflojando las riendas a los sentidos, dando todas las licencias al oído y a la vista, ¿ cómo puede creerse que podrán enfrenar y reprimir el alma de las pasiones, del deseo del amor, del deleite y otras costumbres ilícitas? "

Fray Alfonso de Mendoza.

1 comentario:

Ula dijo...

No se indigne tanto fray, que el arte siempre ha ido por delante. Nunca fue hecha la miel para la boca del burro El come otras cosas), pero con un buen espectador, basta.
¿Qué le vamos a hacer?
Y encima tenemos la buena música.
Saludos