viernes, 10 de septiembre de 2010

UN RATO CON QUEVEDO.


Imagino que es la edad, pero cada día me gustan más los clásicos. Voy, poco a poco, descubriendo cosas perdidas de otros tiempos. Y es que creo que los clásicos no sólo enseñan a soñar, también a mirar y a vivir...

" Huye sin percibirse lento el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca y despreciada
lleva tras sí la edad lozana mía.

la vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno sepultada
yace entre negra sombra y nieve fría.

No sentí resbalar mudos los años;
hoy los lloro pasados y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.

Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños
y espero el mal que paso y no le creo "

Francisco de Quevedo (1580-1645)

( Foto de Nina Leen )


Eva Cassidy - Say goodbye

1 comentario:

Ula dijo...

Los clásicos siempre ilustran porque, al llegar a cierta edad, todos somos clásicos. ¿Hasta que año podemos denominar clásico a un autor?.
A mí me parece clásico Rimbaud y murió a los 37 años en 1891.

Lo que me gusta de Quevedo es la ironía (arte que deberían practicar más los políticos, periodístas y escritores de hoy, que podrían seguir la máxima de Rimbaud "Hay que ser absolutamente modernos".
Luego está el sentido del humor de D. Francisco, "el gafitas".

"El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar".

Preciosa la canción.
Buenas tardes.