lunes, 26 de septiembre de 2011

CARTA A LA CONDESA DE SEYDEWITZ.


últimamente releo. Descubro que hay pocas cosas nuevas que me interesen y nunca miro novedades literarias, hay demasiadas editoriales de usar y tirar. El viernes descubrí un tesoro de Mirabeau, " La educación de Laura ", del que daré oportuna cuenta. Esta tarde, he buscado a Joan Perucho, un escritor con el que lo paso muy bien. Leo una de las cartas de su novela "Pamela ".

" Este ajuar de bodas es de locura. Esta tarde lo he examinado con detenimimeto. La modista doña Presentación Cervera fue la encargada por el duque de Montpensier para hacer todos los vestidos, sin otra condición que la siguiente : que todas las telas y accesorios procediesen de fábricas nacionales. Excuso decirte que la señora Cervera ha hecho prodigios de habilidad y de buen gusto en la delicada tarea que se le había encomendado.

La lencería fue confeccionada en la casa del señor Adrián Sánchez, y podría figurar como modelo entre los más celebres establecimientos de París.

He aquí una ligera reseña, para no cansarte, del equipo de bodas.

En primer lugar, el vestido nupcial es de satén, con la parte delantera plegada al bies y unos magníficos encajes de Alenzón que adornan por abajo todo el largo delantero, sirviendo de nido a una deliciosa guirnalda de flor de azahar que guarnece la falda entre lanzadas y nudos de azahar. Cuerpo abierto sobre plastrón de encajes y manto (...) La lencería es un prodigio de buen gusto y elegancia. Se han confeccionado doce docenas de cada una de las piezas. Las camisas están todas adornadas a mano y con la corona real. Los pantalones, de fina batista, y las enaguas, tanto las cortas como las largas, van con cenefas y volantes. Las medias son de seda calada, seda lisa o hilo de Escocia. Los pañuelos bordados. Y los peinadores, de cachemira y terciopelo reseguidos con encajes de Brujas... "

Joan Perucho ( 1920-2003 )

( Foto de Louise Dahl-Wolfe )

2 comentarios:

Unknown dijo...

Demasiadas editoriales de usar y tirar. Novedades publicadas para aguantar apenas quince días en los escaparates de las librerías.Todo el mundo escribe y casi nadie lee. No podemos estar más de acuerdo. Un abrazo.

Ula dijo...

Me acuerdo, Almirante, que siendo muy niña mi madre me llevó varias veces en el pueblo a ver el ajuar de muchachas que se casaban. Recuerdo la maravilla que exponían, los tejidos, los bordados, las sábanas preciosas, los camisones para las noches, los manteles, ah, qué maravilla, qué sueños...
Como me gustaban tanto, mi madre, cuando venía del colegio, en verano, me enviaba a bordar con las profesoras, cosa que me encantaba porque siendo pequeña, me enteraba de líos de noviazgos, de cosas de mayores y cotilleos varios. Yo iba entusiasmada.

El tiempo, cosa inexplicable, gira y gira.

Saludos