domingo, 13 de septiembre de 2015

LA VISIÓN.


                     Antes del almuerzo organizo libros, aparece Jünger.

      " Una de las paseantes atrajo su mirada. La cabeza y el rostro eran vulgares pero sostenidos por un cuerpo maravilloso. Las formas se combinaban suavemente unas con otras, daban a sus pasos una plenitud de furia contenida como en los grandes animales de presa. La abordó y se fue con ella.
     Se despertó en medio de la noche. Tras un momento de reflexión, encendió la luz. Clavó los ojos en su cara. Los ojos cerrados aumentaban la impresión de inmovilidad y rigidez que habían estampado en ella mis noches en aquel oficio. El perpetuo ardor de la gran urbe había cincelado en sus facciones una sonrisa, medio saturada, medio exigente, que ahora, convertida en mueca petrificada, de cadáver, generaba oleadas de repugnancia en el silenciosos observador.
     De pronto, de alguna oscura sensación de contraste, tuvo la visión de una figura semiolvidada. Una muchacha a la que había amado antes de la guerra con una intensidad incomprensible ahora para él, pese a que, con la timidez de la adolescencia , nunca había cruzado una palabra con ella "


         Ernst Jünger ( 1895-1998 )

         ( Foto de autor desconocido )



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